10 desastrosos errores en jardinería que debes evitar

10 desastrosos errores en jardinería que debes evitar
En este momento, son muchas las personas que están dedicándose a cultivar sus propios huertos. Por tanto, es oportuno abordar los errores comunes en jardinería que podrían arruinar la cosecha y hacer que todo el esfuerzo invertido en cavar y sembrar sea inútil.
Por supuesto, un fracaso en el huerto no es el fin del mundo: siempre puedes recurrir a la tienda y adquirir lo necesario en la sección de productos frescos. Sin embargo, si tu familia depende principalmente de tu huerto como fuente de alimentos, una mala cosecha puede resultar desalentadora.
Lamentablemente, no todos tenemos el don natural para la jardinería, es normal cometer errores. Pero si inviertes tiempo en leer libros y artículos (como este), podrás evitar algunos de los errores más comunes en el cultivo de plantas. Aquí te presentamos algunos errores que debes evitar en la jardinería.
Error 1: Subestimar la importancia de un suelo adecuado
No toda la tierra es igual. Del mismo modo, no todas las plantas necesitan el mismo tipo de suelo para prosperar. Antes de echar raíces en la tierra, asegúrate de que tu suelo es el adecuado para ello.
Uno de los aspectos más importantes del suelo es su nivel de PH. La mayoría de las hortalizas crecen mejor en suelos ligeramente ácidos que se sitúan entre 6,0 y 6,5 en la escala de PH. Puedes comprobar tú mismo el nivel de PH de tu tierra con un kit de comprobación del PH o mándalo hacer a tu servicio técnico local.
Si es demasiado ácido, puede utilizarse cal para aumentar su alcalinidad; si es demasiado alcalino, puede utilizarse azufre para aumentar su acidez. La materia orgánica también tiene un efecto neutralizador y puede utilizarse para llevar el suelo que está en un extremo u otro a un PH más neutro.
Error 2: Renunciar al abono
Las plantas no necesitan muchos nutrientes, sobre todo en comparación con los animales, pero aun así necesitan unos pocos nutrientes cruciales que no pueden crear por sí mismas mediante la fotosíntesis. Estos nutrientes -nitrógeno, fósforo y potasio- pueden obtenerse mediante fertilizantes.
A la hora de elegir el abono, tienes dos opciones: sintético y orgánico. El fertilizante sintético puede comprarse en diversos lugares, puede almacenarse indefinidamente y viene con la comodidad añadida de unas instrucciones claras sobre la cantidad que hay que utilizar.
Por otra parte, el abono orgánico -que se fabrica a partir del compostaje de estiércol de ganado- es posiblemente más eficaz, y se cree que también es más saludable. Elijas el abono que elijas, asegúrate de no pasar por alto este importante paso.
Error 3: No dar a tus plantas espacio suficiente
Cuando las plantas se plantan demasiado juntas, se ven obligadas a competir entre sí por los nutrientes, el agua e incluso la luz solar. La mayoría de las veces no hay ganador en esta competición, y todas las plantas acaban sufriendo.
Para que tus plantas tengan espacio suficiente, asegúrate de plantarlas a una distancia adecuada unas de otras. Dependiendo de la planta, esta distancia puede variar, pero en el reverso del paquete de semillas encontrarás instrucciones sobre el espaciado adecuado.
Otro aspecto crucial para dar a tus plantas espacio suficiente es mantener a raya las malas hierbas. Las malas hierbas pueden superar rápidamente a un vegetal y matarlo de hambre, por lo que es importante mantenerlas arrancadas de alrededor de tus plantas.
Error 4: Plantar las semillas a una profundidad incorrecta
Plantar una semilla requiere algo más de precisión que simplemente cavar un agujero en el suelo y dejarla caer dentro. Si plantas la semilla a una profundidad incorrecta, puede que nunca germine.
Por regla general, las semillas más grandes deben enterrarse a mayor profundidad, mientras que las más pequeñas deben estar más cerca de la superficie. Sin embargo, para conseguir la profundidad exacta, consulta el paquete de semillas de la hortaliza que vayas a plantar y busca la profundidad recomendada.
Puedes apuntar las medidas para más adelante si planteas usar tus propias semillas sacadas de las propias plantas.
Error 5: Suministrar la cantidad de agua incorrecta
Si tus plantas no reciben suficiente agua, notarás que empiezan a marchitarse y que las hojas empiezan a secarse y a estar crujientes en la mano. Si detectas estas señales a tiempo, una buena dosis de agua debería sacar a la planta de su estado, pero no lo dudes; pasado cierto punto, el agua no servirá de nada.
Si tus plantas están recibiendo demasiada agua, las hojas se volverán de color marrón amarillento y se sentirán blandas y flácidas en tus manos. Si esto ocurre, deja de regarlas durante unos días.
Como regla general, la mayoría de las hortalizas necesitan que la tierra que tienen debajo se empape bien dos o tres veces por semana. Hazlo y vigila atentamente el aspecto de las hojas cada día, ajustándote en consecuencia, y evitarás regar demasiado o demasiado poco.
Error 6: Plantar los bulbos al revés
Las semillas pueden lanzarse en cualquier dirección sin problemas, y las plantas con raíces y tallos ya desarrollados son bastante intuitivas en cuanto a la dirección en que deben plantarse. Sin embargo, los bulbos, como las cebollas y los ajos, a veces pueden ser un poco más complicados.
Los bulbos tienen un extremo en forma de tallo y otro en forma de raíz, y si el extremo en forma de tallo se planta mirando al suelo, lo más frecuente es que la planta nunca brote. Para diferenciar los dos extremos, fíjate en la forma del bulbo. En la mayoría de los bulbos, el extremo del tallo es más estrecho que el de las raíces. Planta el extremo más grueso hacia abajo y no tendrás problemas.
Error 7: Plantar demasiada variedad
Éste es un error común, y aunque puede ser comprensible querer disfrutar de la mayor variedad posible de verduras, sobre todo en un escenario en el que pueden ser lo único que tengas para comer, no deja de ser un error potencialmente costoso.
He aquí por qué: Cada tipo de verdura tiene sus propios requisitos. Necesita una determinada cantidad de agua, una determinada cantidad de abono y un determinado nivel de PH del suelo.
Cumplir todos estos requisitos diferentes ya es bastante complicado con unas pocas variedades de hortalizas, pero se hace cada vez más difícil cuantos más tipos de hortalizas diferentes plantes. Al final, llega un punto en que tu huerto empieza a sufrir.
En lugar de caer en la tentación de plantar docenas de tipos distintos de verduras, elige unos pocos alimentos básicos que produzcan mucha comida, como patatas, maíz y judías. Plántalas y ten en cuenta que tener abundancia de unas pocas verduras distintas es mucho mejor que tener docenas de plantas de distintos tipos muertas por un cuidado inadecuado.
Error 8: Ignorar la siembra asociada
La plantación asociada es un concepto importante en la jardinería, ya que algunas plantas pueden beneficiarse mutuamente al crecer juntas, mientras que otras pueden competir por los recursos y obstaculizar su crecimiento. Ignorar este concepto puede llevar a una disminución en el rendimiento de las plantas, así como a problemas con plagas y un desarrollo deficiente.
Es crucial tener en cuenta la compatibilidad entre las plantas al diseñar un jardín o un huerto, con el fin de promover un crecimiento saludable y productivo.
Por ejemplo, los tomates y la albahaca son grandes compañeros porque la albahaca repele ciertas plagas que atacan a los tomates. En cambio, plantar cebollas cerca de judías puede inhibir su crecimiento. Investiga qué plantas funcionan bien juntas y cuáles deben mantenerse separadas para maximizar el potencial de tu huerto.
Error 9: No rotar los cultivos
Si plantas los mismos cultivos en el mismo lugar año tras año, tu suelo se quedará sin nutrientes específicos y atraerá plagas que se dirigen a esas plantas. Con el tiempo, esto puede provocar malas cosechas y cultivos propensos a las enfermedades.
Una solución sencilla es la rotación de cultivos: cambiar la ubicación de las familias de plantas cada temporada. Por ejemplo, si este año has plantado tomates en un bancal, el año que viene planta allí judías o zanahorias. Rotar los cultivos ayuda a mantener la salud del suelo, altera los ciclos de las plagas y mejora la productividad general del huerto.
Error 10: Descuidar el control de plagas
Un día tus plantas parecen perfectas y al siguiente están llenas de agujeros, cubiertas de pulgones o completamente marchitas por daños invisibles en las raíces. Las plagas pueden destruir rápidamente un jardín si no se controlan.
La clave es ser proactivo. Inspecciona tus plantas con regularidad en busca de signos de plagas, como hojas masticadas, decoloración o residuos pegajosos. Utiliza métodos orgánicos de control de plagas, como introducir insectos beneficiosos (mariquitas y mantis religiosas), rociar con aceite de neem o aplicar tierra de diatomeas. Tratar pronto los problemas de plagas puede suponer la diferencia entre un jardín próspero y uno fracasado.
Conclusión
Cultivar un huerto es una de las formas más seguras de garantizar que tú y tu familia tendréis comida si llega el día en que ir al supermercado ya no sea una opción.
Si evitas los errores descritos anteriormente y tratas a tus plantas con atención y cuidado, podrás cultivar un huerto sano y próspero que te proporcionará alimentos en abundancia cuando llegue el momento de la cosecha.
¿Se te ocurre algún otro error que se suele cometer?
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Última actualización el 2025-04-19 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados. Los precios y la disponibilidad del producto pueden variar.